Boletín 18. Lesiones de Meniscos

 


 


La rodilla está formada por 3 huesos, el Fémur arriba de la rodilla, la Tibia abajo y la Rótula o “tapa” de la rodilla, enfrente. Los meniscos son dos estructuras en forma de C, que sirven como amortiguadores entre el Fémur y la Tibia. Son de consistencia firme como caucho y ayudan a distribuir la carga y estabilizar la rodilla. Como muestra el esquema existen múltiples tipos de lesiones.
 


Los meniscos se lesionan en jóvenes deportistas cuando el pie se queda “atorado” y la rodilla gira súbitamente, estas lesiones suceden con mayor frecuencia en las canchas de pasto artificial y es muy común que se asocien a lesiones de ligamentos y del cartílago articular. En personas mayores, donde los meniscos ya se encuentran algo desgastados, es común que al hacer una sentadilla y girar, o simplemente al estar sentado y levantarse rápidamente el menisco se lesione. Es muy raro que un menisco se lesione por un golpe directo, como una caída sobre la rodilla.


Cuando un menisco se rompe, generalmente se siente un chasquido y un dolor súbito, intenso. Uno o dos días después la rodilla se “hincha” y se siente rígida. Los síntomas más comunes de una lesión de menisco son: Dolor, Hinchazón, Rigidez, la Rodilla truena o se “atora” o no se puede estirar o flexionar por completo o incluso se siente como que algo se mueve dentro de la rodilla. Si no se corrige este problema el menisco roto daña la superficie de cartílago que protege a los huesos y con el tiempo lleva al desgaste de la rodilla (Artritis). Existen varias pruebas clínicas para diagnosticar una lesión del menisco. Las Radiografías y la Resonancia Magnética ayudan a precisarlo.
 


TRATAMIENTO:


Las lesiones pequeñas, o incompletas en la periferia (borde externo) del menisco tienen buena capacidad de cicatrización. Se puede intentar el manejo sin cirugía, siempre y cuando no exista lesión de los ligamentos que dan la estabilidad a la rodilla. Se recomienda reposo, en algunos casos usar muletas, hielo 20 minutos varias veces al dia, y el uso de medicamentos para el dolor y antiinflamatorios. Si las molestias persisten se debe considerar la necesidad de cirugía.
Debido a que los meniscos no tienen muy buena circulación, excepto en su parte más externa o periférica, muchas lesiones no cicatrizan y requieren de una Cirugía Artroscópica, esta es una operación hecha a través de pequeñas incisiones, menores a un cm. y utilizando equipo especializado; se inspecciona la rodilla, se verifica si existen lesiones de otras estructuras como ligamentos y cartílago (Ver: Lesión del Ligamento Cruzado Anterior en la página www.draurelio.com.mx).  Una vez que se identifica la lesión se debe intentar la reparación con suturas. Con frecuencia esto no es posible y se tiene que retirar la parte dañada del menisco. Siempre es importante tratar de preservar la mayor parte del mismo, ya que este es un protector de la rodilla.  La cirugía artroscópica de rodilla, también llamada Micorcirugía es el procedimiento ortopédico más común, se realiza en una Clínica u Hospital y generalmente no requiere internar al paciente. Antiguamente los meniscos se resecaban por completo a través de grandes incisiones, lo cual llevaba a  desgaste prematuro de la rodilla (Artritis), este procedimiento se ha abandonado. 
En la mayoría de los casos la Rehabilitación inicia inmediatamente después de la cirugía, con ejercicios para aumentar la fuerza y movilidad de la rodilla. Cuando se repara (sutura) el menisco es necesario inmovilizar la rodilla por unos días.
Las lesiones de meniscos son muy comunes, y la mayoría de los pacientes pueden regresar a sus actividades previas a la lesión una vez que han completado su tratamiento. 

Para más información relacionada visite la página www.draurelio.com.mx

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