Es una de las causas más comunes de dolor de cadera en adultos jóvenes y en la edad media de la vida. Resulta de la fricción anormal entre los dos huesos que forman la articulación de la cadera: 1) La cabeza del fémur y 2) El acetábulo (es la copa donde se “acomoda” la cabeza del fémur.
El problema puede surgir cuando: 1) El borde del acetábulo es muy prominente (Tipo Pincer), o 2) La cabeza del fémur presenta un sobrehueso (Tipo Cam), y 3) Una combinación de los dos anteriores (Tipo Mixto) produciendo fricción anormal entre los dos huesos. Este roce o fricción anormal, irrita la capa superficial de cartílago que cubre el hueso. Cuando persiste esta fricción, la irritación se convierte en desgaste y se manifiesta con dolor, limitación en la movilidad de la cadera, cojera e incapacidad de realizar actividades físicas o deportivas. El dolor clásicamente se presenta en la ingle, cara anterior de la cadera, pero puede presentarse en el muslo o incluso hasta en la rodilla. En los casos más avanzados produce dolor aún en reposo o con actividades de la vida diaria, e incluso puede producir un desgaste completo de la cadera que requiera un reemplazo con una Prótesis.
Este pinzamiento entre el fémur y acetábulo se origina por una alteración en la forma de los huesos y generalmente dá síntomas entre los 15 y los 50 años. En personas que practican ejercicio intenso, el dolor se puede presentar a edad más temprana, debido al gran uso que le dan a la cadera. Sin embargo está claro que el ejercicio no produce el problema, sólo lo hace que se manifieste en forma más temprana.
El diagnóstico se establece mediante un chequeo médico, donde el Médico Especialista en Traumatología y Ortopedia realiza una serie de pruebas y se apoya en estudios de imagen, generalmente Radiografías, Tomografia Computarizada (TAC) y Resonancia Magnética de las caderas. Una vez establecido el diagnóstico y la severidad del problema, se inicia el tratamiento, el cual consiste en: Reposo relativo, evitar las actividades que producen el dolor, el uso de Anti-inflamatorios comunes como el Ibuprofeno (Advil, Motrin, etc.) Naproxeno (Naxen) Diclofenaco (Voltaren, Cataflam). Fisioterapia o Rehabilitación Física. Cuando el dolor persiste a pesar del tratamiento mencionado, puede ser necesario realizar una operación para retirar los “picos” o exceso de hueso que están produciendo la fricción anormal. En la gran mayoría de los casos, esto se puede realizar con el uso de una Aparato llamado Artroscopio, el cual a través de pequeñas incisiones en la piel nos permite ver el interior de la cadera y valorar el daño de las estructuras y en el mismo procedimiento reparar (si es posible) o retirar el tejido dañado. En algunos casos es necesario realizar una operación “abierta” para poder lograr este objetivo. Cuando el daño es muy avanzado, pudiera ser necesario realizar un recambio de toda la articulación, también conocido como Prótesis Total de Cadera.
Si usted presenta dolor persistente, limitación de la movilidad o inflamación de cualquier articulación, visite a su Médico para que valore su situación e inicie el tratamiento antes de que el problema se encuentre demasiado avanzado.