Casi todos los niños en algún momento tienen un episodio de cojera. La mayoría de las veces se debe a una lesión menor y esta se resuelve en forma espontánea rápidamente, sin embargo en otros casos el problema que origina la cojera puede ser serio o incluso poner en peligro la vida. Cuando la cojera persiste más de 4-5 días y no mejora, se debe investigar su origen.
Las causas más comunes son: 1) Golpes o torceduras, o incluso pequeñas fracturas. 2) Infecciones por virus o bacterias que pueden afectar los huesos y articulaciones. 3) Inflamación de articulaciones, como en la Artritis Juvenil. Otras causas menos comunes son Tumores, Enfermedades congénitas, Enfermedades de los nervios o músculos los cuales pueden producir debilidad o rigidez. Diferencia de longitud de las piernas. Existen también enfermedades que afectan la cadera de niños y Adolescentes como Sinovitis de Cadera, Enfermedad de Perthes y Deslizamiento Epifisiario.
Los llamados “Signos de alarma” que nos deben alertar e indican que el niño debe ser valorado por un médico lo antes posible son: FIEBRE, Ataque al estado general (el niño se ve enfermo, no quiere comer, no tiene ánimo para jugar), Pérdida de peso, Palidez, Incapacidad para caminar, Dolor o Cojera que persiste más de 5 días, Inflamación que no es producida por un golpe.
La evaluación médica incluye una Historia Clínica en la que a través de preguntas el Doctor trata de precisar el origen y la severidad del problema:
Cuando y como inicio la cojera o dolor ? Ya había sucedido antes ? Si el niño tiene alguna enfermedad conocida o hay antecedentes importantes en la familia, y si hay otros datos como fiebre, infecciones recientes, pérdida de peso, etc. Los niños mayores generalmente pueden ayudar localizando el sitio del dolor y si este se relaciona a un golpe. Los menores de 3-4 años generalmente aportan poca información. En el Exámen físico, se revisan las Extremidades desde la punta del pie hasta la columna, haciendo énfasis en la movilidad de columna, caderas, rodillas y tobillos. Se buscan áreas de inflamación y dolor o cambios en el color de la piel. Además se revisa la fuerza muscular, los reflejos y la sensibilidad. En casos especiales se solicitan Radiografías del área dolorosa o sospechosa de producir la cojera, o incluso estudios como Resonancia Magnética, TAC o Gamagrafía ósea pueden ser de utilidad. Cuando se sospecha de una Infección o Enfermedad inflamatoria, los exámenes de sangre son de gran utilidad.
Una vez identificado el problema se procede a iniciar el manejo apropiado. En general los golpes y fracturas requieren de inmovilización, reposo y medicamentos para el dolor. Las infecciones: Antibióticos y a veces incluso cirugía. Los procesos inflamatorios reposo y anti-inflamatorios. Los Tumores, Enf. Neuromusculares, etc. requieren de manejo específico cuya descripción está más allá del alcance de esta presentación.
Adaptado de la Academia Americana de Ortopedia.