Boletín 129. Síndrome del Piriforme (o Piramidal)

El Piriforme o Piramidal, es un músculo que se localiza en la región posterior de la pelvis (región glútea o nalga) y participa en la movilidad y estabilidad de la cadera. El Nervio Ciático pasa por atrás del músculo, o entre sus fibras y puede ser comprimido, o pellizcado cuando el Piriforme se inflama.
El Síndrome del Piriforme se manifiesta como dolor, adormecimiento, calambres o sensación de toque eléctrico o “quemazón” que inicia en la región glútea (nalga) y se corre hacia la cara posterior del muslo. Se produce por actividades de la vida diaria como caminar, correr, subir escaleras, y estar sentado por períodos prolongados. También puede producirse después de una caída o un accidente automovilístico. Es más común en corredores de distancia.
En la mayoría de los casos los síntomas mejoran con: Medicamentos anti-inflamatorios comunes como Ibuprofen (Advil o Motrin) o Naproxén (Naxén), Disminuir la actividad que produjo el dolor (correr, andar en bicicleta, etc.) o reposo. Cuando los síntomas tienen pocos días se aconseja aplicar hielo o compresas frías en el área dolorosa. Si el problema es más crónico la aplicación de calor por unos 10 minutos 2-3 veces al día, o frío y calor alternado pueden ser de utilidad. Un masaje relaja el músculo inflamado o contracturado y alivia o disminuye las molestias.
Si las molestias no disminuyen con las medidas mencionadas. Se debe pedir la valoración de un Médico con Especialidad en Traumatología y Ortopedia, o por un Médico del Deporte, el cual hará una Historia Clínica y Exámen Físico, en algunos casos se requiere de exámenes como Radiografías o Resonancia Magnética para poder establecer con precisión el diagnóstico.
Los ejercicios de estiramiento y la Terapia Física son de gran utilidad. En ocasiones cuando las molestias son persistentes se puede aplicar (inyectar) medicamentos anti-inflamatorios, incluyendo cortisona directamente en el área dolorosa, a este procedimiento se le conoce también como infiltración o bloqueo. La cirugía se reserva para los casos severos, que no responden a las medidas ya mencionadas y sobretodo en los que el dolor es severo y persistente o cuando se altera la función del Nervio Ciático (la pierna está dormida, o empieza a perder fuerza) y consiste en la liberación del Nervio comprimido producida por el músculo inflamado.

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