Boletín 134. Los Riñones

Los riñones son dos órganos con forma similar a la de un frijol, se encuentran a ambos lados de la parte baja de la columna y miden aproximadamente 11 por 5 cms. y su peso individual es de unos 250 gramos, están cubiertos por una capa de grasa y tejido fibroso que los protege. En el Esquema anexo las estructuras rojas son las arterias, las azules son venas y las amarillas son los ureteros, estos últimos llevan la orina de los riñones a la vejiga. Su función más conocida es la de filtrar la sangre y expulsar a través de la orina el líquido y las substancias tóxicas que se acumulan en el cuerpo como producto del metabolismo. Dependiendo del estado de hidratación y de la concentración de los electrolitos (Calcio, Fósforo, Cloro, Sodio, Potasio, etc.) y otras substancias en la sangre, el riñón se encarga de “tirarlos” a través de la orina o mantenerlos en el cuerpo. Existen substancias como la Glucosa, proteínas, células sanguíneas, etc. que no se encuentran regularmente en la orina, y cuando lo hacen es debido a que existe alguna enfermedad. Los riñones son tan eficientes, que es posible vivir perfectamente bien con uno solo de ellos.
El riñón tiene múltiples funciones, entre las que se encuentran: 1) Filtración y limpieza de la sangre, 2) Regulación de la cantidad de agua y líquidos corporales 3) Mantenimiento del Ph del organismo (balance entre ácido y base) 4) Control de la Presión Arterial, a través de un par de substancias llamadas Renina y Angiotensina. 5) La regulación del nivel de glóbulos rojos en sangre, estos son los que transportan el oxígeno a los tejidos. El riñón produce una substancia llamada Eritropoyetina que estimula su formación. Esta se ha utilizado en forma antireglamentaria por deportistas de alto rendimiento, principalmente ciclistas, para aumentar la cantidad de glóbulos rojos y así lograr mejor oxigenación de los tejidos para un mayor rendimiento deportivo. 6) Producen una forma de Vitamina D y regulan el metabolismo del calcio y fósforo, por lo que un mal funcionamiento de los mismos lleva a Osteoporosis.
Las principales enfermedades que afectan a los riñones son la Diabetes y la Hipertensión arterial, así como las infecciones y el bloqueo u obstrucción de las vías urinarias ya sea por cálculos, infecciones, tumores, o en el caso de los hombres maduros por crecimiento de la próstata. La deshidratación severa y un gran número de medicamentos, incluyendo la mayoría de los anti-inflamatorios también producen daño renal. El cáncer de riñón y de vejiga es mucho más común en fumadores, ya que a través de la orina se excretan la mayoría de los químicos y tóxicos que se adquieren al fumar.
Cuando los riñones no funcionan en forma apropiada, el cuerpo acumula una serie de substancias tóxicas y líquido, la presión arterial se eleva, se presenta anemia, acidosis y los huesos presentan osteoporosis severa. Aunque existen medicamentos que pueden mejorar algunas de estas funciones, en los casos severos los pacientes tienen que ser sometidos a un proceso de lavado o limpieza de la sangre conocido como “Diálisis”, generalmente esta se realiza 2-3 veces por semana e implica extraer la sangre del paciente y llevarla a través de una serie de catéteres a una máquina con filtros especiales, que se encarga de extraer las substancias tóxicas y ácidas del cuerpo, así como el exceso de líquidos, y luego regresarla nuevamente al paciente ya “limpia”. Este proceso sin embargo no controla por sí mismo la presión arterial, la anemia, ni la osteoporosis, estas generalmente requieren de diversos medicamentos para su control. En casos seleccionados se puede trasplantar un riñón, ya sea de una persona que ha sufrido “Muerte Cerebral” por algún accidente o enfermedad, o incluso por una persona sana que decide donar un riñón a la persona enferma. Esto se puede hacer después de una serie de pruebas para demostrar que las dos personas son “compatibles”, esto quiere decir que tienen el mismo tipo de sangre y una serie de similitudes en sus células, con lo cual el riesgo de un rechazo del riñón trasplantado se minimiza. Aún así los pacientes que reciben un riñón generalmente requieren tomar medicamentos de por vida para disminuir el riesgo de rechazo.

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