Boletín 176: El Alcohol y su Salud

Hasta hace poco el consumo moderado de alcohol gozaba del visto bueno de la comunidad científica, ya que se le ha atribuído beneficios a la salud, tales como disminuir la presión arterial, disminuir los niveles de colesterol, disminuir el stress y por lo tanto disminuir enfermedades del corazón. Sin embargo investigaciones recientes, han puesto en tela de duda dichos beneficios, debido a que algunos de los estudios que se utilizaron para llegar a esas conclusiones no estaban bien realizados. Y los nuevos estudios no han podido encontrado dichos beneficios.
Además, son conocidos los efectos nocivos del alcohol sobre el hígado (cirrosis), estómago (gastritis y úlceras), cerebro (muerte de la neuronas) y aumento del índice de accidentes e infecciones. Hasta hace muy poco tiempo el factor número uno relacionado con accidentes de tránsito era el consumo de alcohol; ahora las distracciones producidas por el uso del celular lo ha desplazado al segundo lugar. La ingesta de alcohol se ha relacionado también con sobrepeso y obesidad. Por si esto fuera poco, estudios recientes han encontrado una relación cercana entre el consumo de alcohol, aún en cantidades pequeñas o moderadas con ciertos tipos de cáncer, entre los que se encuentran los de la boca, laringe, faringe, esófago, hígado, colon, recto, pecho (en mujeres) y aún no está claro en cáncer de páncreas y pulmón.
De hecho después del cigarro, las infecciones crónicas y la obesidad, el alcohol es una de las principales substancias que se han relacionado con el cáncer. Cuando se combinan el alcohol y el cigarro no se suman, sino que su daño se hace exponencial. Esto es, el riesgo de contraer cáncer se hace mucho mayor que cuando solo se toma alcohol o se fuma.
Aunque aún no es del todo conocido porque el alcohol produce cáncer, se sabe que el alcohol altera la reparación del DNA, estas son las proteínas que transmiten la información genética de una célula a otra. Altera la absorción y el metabolismo de algunas vitaminas, principalmente las del grupo B, incluyendo el Acido Fólico. Al metabolizarse el alcohol, se transforma en substancias (aldehído) que producen cáncer y libera radicales libres y oxidantes que también se relacionan con la producción de cáncer.
Todo esto ha llevado a que tanto el gobierno de la Gran Bretaña como el de Estados Unidos hayan retirado su recomendación de que la ingesta moderada de alcohol produce beneficios a la salud. Algunos países como Australia y Corea del Sur han disminuido la cantidad de alcohol recomendado para consumo diario, con lo cual el consumo en estos países disminuyó un 10% aproximadamente. Rusia y otros países han aumentado los impuestos a la venta de alcohol, con lo que redujeron su consumo en un 20%. En Irlanda un proyecto de ley aún en estudio sugiere prohibir la publicidad del alcohol, y obligaría a poner etiquetas que expliquen los riesgos a la salud en cada producto que contenga alcohol, similar a lo que ha sucedido con el cigarro.
Debido a que a mayor ingesta de alcohol existe mayor riesgo de cáncer; la recomendación actual es que los hombres limiten su ingesta de alcohol a dos bebidas al día, y las mujeres a 1 al día. Aunque desde el punto de vista de la prevención del cáncer, LO IDEAL SERIA EVITAR POR COMPLETO LA INGESTA DE ALCOHOL.

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