El dolor es un mecanismo que nos alerta de la presencia de estímulos que producen daño a los tejidos, como por ejemplo cuando nos pinchamos con una aguja o nos cortamos con un cuchillo, la respuesta inmediata y automática es retirar la parte del cuerpo que está siendo lesionada.
El dolor también puede ser producido por algún estado patológico (una enfermedad o lesión) como por ejemplo una infección (apendicitis, una fractura, un tumor, desgaste o inflamación de una articulación, etc.) y por lo tanto nos alerta de que existe algún problema o enfermedad que se debe atender y resolver. Dicho de otra manera el DOLOR ES LA MANERA QUE EL CUERPO NOS AVISA QUE ALGO ESTA MAL. Es como la Alarma del cuerpo, y es muy importante ponerle atención.
La manera en que el cuerpo percibe el dolor, es a través de pequeños sensores que se encuentran en todo el cuerpo, en algunas partes, como las manos existen muchas terminaciones nerviosas que perciben el estimulo dañino, lo transforman en una señal eléctrica que viaja por los nervios (estos son una especie de cables eléctricos) llevándolo a la médula espinal, dentro de la columna, y de aquí a la parte del cerebro especializada en recibir estos estímulos, este genera una respuesta, que en los casos de una lesión generalmente es retirar el área del cuerpo del estímulo doloroso. Este sistema es muy especializado, ya que es capaz de reconocer inmediatamente cuales estímulos producen lesión (quemaduras, agujas, cuchillos, etc) y cuales no; y además cuantificar la magnitud del dolor. También puede identificar entre frío y calor, presión, vibración, etc. Posteriormente si el área queda lastimada y adolorida el mecanismo natural para disminuir el dolor, es inmovilizar el área, como sucede en una fractura o luxación, etc.
En algunas enfermedades el mecanismo de producción y percepción del dolor se altera, “se vuelve loco” y en lugar de ser un mecanismo protector se puede volver un problema muy serio y debilitante para el paciente que lo sufre, existen múltiples ejemplos de esto, como es el caso de las jaquecas, las Neuralgias, etc. Incluso algunos pacientes que han perdido un brazo o una pierna (por una amputación), pueden sentir dolor en el brazo o pierna que ya no existe, a esto se le conoce como DOLOR DE TIPO FANTASMA. Probablemente el ejemplo más severo es el de la llamada Distrofia Simpática o Neuropatía Simpática Refleja, en la que los pacientes afectados no pueden tolerar ni el rose de una sábana o un toque superficial en el brazo o pierna afectada, hablaremos de este Tema en un próximo Boletín. En estas enfermedades el dolor en lugar de ser un mecanismo protector, se vuelve solo una molestia que puede ser muy difícil o imposible de manejar y afectar al paciente por años o toda la vida.
Pero volviendo al escenario “normal”, el dolor es un muy importante mecanismo de defensa, que nos puede salvar incluso la vida. Por ejemplo en el caso de una Apendicitis, si el paciente no percibe el dolor, no se da cuenta de que tiene un problema y este continúa progresando, con lo que se puede producir una perforación del apéndice, infectarse todo el abdomen (Peritonitis) e incluso llevar a la muerte al paciente. En otros casos los pacientes que no tienen sensibilidad al dolor en brazos o piernas se pueden quemar o cortar o tener infecciones que no se perciben y en algunos casos pueden producir daño severo a la función de brazos y piernas que incluso en ocasiones puede terminar en una amputación.
En Resumen: El Dolor es la manera que el cuerpo nos dice que algo está mal. Por lo que es importante “Escuchar al Cuerpo”, y en los casos en que el dolor es persistente, muy intenso o se acompaña de Fiebre, inflamación, etc. se debe consultar con un médico para determinar su causa y dar un tratamiento apropiado para el caso.
El manejo depende del origen, intensidad, duración, etc. por lo que cada caso se debe manejar en forma individual.