Boletín 38: Parálisis Cerebral Infantil (PCI)

PARALISIS CEREBRAL INFANTIL (PCI)

 La Parálisis Cerebral Infantil (PCI) es producida por una lesión de las áreas del cerebro inmaduro encargadas del control del movimiento. Las dos causas más comunes son: 1) Falta de oxígeno al cerebro. 2) Prematurez (niños que nacen antes de los 8 meses de gestación o con peso abajo de 2 kgs.). Otras causas pueden ser golpes a la cabeza, infecciones como Meningitis, Malformaciones congénitas del Cerebro, exposición a drogas o alcohol en el embarazo, etc.

La lesión se produce alrededor del nacimiento o en los primeros años de vida. Inicialmente los niños afectados pueden estar muy débiles “como muñecos de trapo” y tener dificultad para succionar, sostener la cabeza, sentarse o empezar a caminar. Con el paso del tiempo la mayoría de los niños se vuelven muy rígidos (espásticos) lo cual dificulta su movilidad. Algunos niños pueden ser completamente normales a excepción de que caminan de puntas, o tienen pobre control de un lado (izquierdo o derecho) de su cuerpo; otros sin embargo pueden estar confinados a la cama o una silla de ruedas sin capacidad para hablar, comer, sentarse o caminar. Con frecuencia se acompaña de problemas del lenguaje, visión, audición, convulsiones en 30% de los casos, disminución de la capacidad intelectual en el 65%, etc.

La frecuencia ha aumentado discretamente en los últimos años, debido a que un gran número de bebés prematuros o de bajo peso que antes no sobrevivián, ahora lo hacen.  Se estima una incidencia de 2-3/1000 recién nacidos. Los niños que nacen a término (38-40 sem. de embarazi) tienen 1/2,000 de tener PCI vs. 1 de cada 3 en los que nacen antes de las 30 semanas. Por peso la incidencia de PCI es de 1/1000 en los que pesaron 2.5 kgs o más al nacer vs. 78% en los que pesaron menos de 1 kg. al nacer. Generalmente no se requieren de estudios para establecer el diagnóstico de PCI, sin embargo es común que para tratar de establecer su origen se soliciten Ultrasonido, Resonancia o TAC de la cabeza.

Una pregunta que a la mayoría de los padres les preocupa es saber si su hijo podrá caminar o no.  En general se considera que si el niño no es capaz de sostener la cabeza para los 9 meses, o no puede sentarse a los 2 años, o si no ha iniciado la marcha antes de los 7 años, su capacidad de caminar es mínima. Sabemos que todos los niños que tienen afectación de un solo lado del cuerpo (hemiplegía) caminan, la mayoría entre los 18 y 24 meses de edad. El 90% de los pacientes afectados solamente de las piernas (diplegía) caminan, la mayoría de ellos antes de los 4 años. Es muy raro que un paciente con afectación de las cuatro extremidades (cuadriplegía) logre caminar y los que lo hacen generalmente tienen severas limitaciones o requieren de asistencia.

 

TRATAMIENTO:

El objetivo principal es hacer que el niño con PCI, se convierta en un adulto productivo.

El manejo Ortopédico está basado en:

Fisioterapia: Primera línea de tratamiento para la mayoría de los pacientes, útil en menores a 5 años y después de las cirugías. En los niños mayores la terapia debe ser substituida por juegos o ejercicios terapéuticos como natación, y deportes en donde pueda participar con otros niños.

Yesos y Férulas: El uso de yesos es una medida temporal, se ha utilizado junto con la aplicación de Toxina botulínica (Botox) con resultados diversos.  Las férulas y aparatos ortopédicos han sido utilizadas para mejorar la marcha en pacientes que pueden caminar. Los aparatos ortopédicos por arriba de rodilla son de muy poca o nula utilidad en los pacientes con PCI, ya que son muy pesados e interfieren con la marcha.

Medicamentos para control de espasticidad.  Se ha utilizado medicamentos  (baclofen y diazepam) por via oral, con efectividad parcial, el principal problema es que producen somnolencia. El uso de toxina botulínica se ha popularizado en los últimos años. La toxina es inyectada en los músculos, produciendo una debilidad temporal, de entre 3-6 meses. Es útil para facilitar la fisioterapia y posponer la cirugía en pacientes menores de 4 años, o en los que los padres no aceptan la cirugía.

Otros: Equinoterapia, Delfinoterapia, etc. en donde se utilizan animales (Caballos o Delfines) con la idea de mejorar la postura, coordinación, equilibrio y fuerza.

Cirugía. Es muy importante que los padres estén concientes de que el niño continuará teniendo PCI después de la cirugía. Ya que el problema se encuentra en el Cerebro, y no es posible “curarlo” con cirugías en las extremidades.  Por lo tanto, las metas y objetivos del tratamiento quirúrgico deberán ser muy claros. La cirugía está dirigida a mejorar la movilidad, la fuerza muscular y la marcha, pero no los puede hacer “caminar normalmente”.  Ya que los procedimientos incluyen alargar o “aflojar” músculos espásticos, es común que exista un cierto grado de debilidad temporal después de la cirugía. En los casos más severos se puede requerir además operaciones en los huesos para prevenir o corregir deformidades o mejorar la función.

Debido a que la marcha cambia y madura hasta la edad de 7 años. Se debe hacer un esfuerzo en retrasar la cirugía hasta los 6-7 años.  Sin embargo algunos pacientes no pueden esperar, como por ejemplo cuando las caderas se están saliendo de su lugar, o cuando un paciente no puede mejorar su marcha y movilidad, a pesar de la fisioterapia y otros manejos no quirúrgicos.

 

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