Al principio del año, publique un Boletín titulado “Propósitos de Año Nuevo” y dentro de los 5 Propósitos, se incluían 3 en el ámbito de la salud física: Hacer ejercicio, bajar de peso y dejar de fumar; y 2 en el ámbito personal: Disfrutar más a la familia y a los amigos y ayudar a alguien necesitado.
Ahora que comenzamos el último mes del año, es importante retomar el tema de la solidaridad y ayuda a los más necesitados en nuestra comunidad. Creo que todos hemos vivido en estos últimos años un clima de descomposición social, en el cual los valores tradicionales se han ido perdiendo y las diferencias entre los grupos sociales se hacen cada vez mayores. Esto produce un ambiente de falta de oportunidades que afecta principalmente a los más necesitados. Y un resentimiento social que nos afecta a todos.
Es NUESTRA RESPONSABILIDAD, siendo parte del grupo más agraciado el mostrar nuestra solidaridad y apoyo con aquellos que menos tienen, ya sea desde el punto de vista económico, académico, social, de salud, etc.
Esta solidaridad o filantropía, consiste no solamente en dar una ayuda o apoyo económico, sino aún más importante compartir nuestro tiempo, conocimientos y habilidades con aquellos que más las necesitan.
En muchas ocasiones para una persona sola y/o enferma pudiera ser más importante el contar con un amigo con quien platicar, o sentirse acompañada que cualquier ayuda económica. Otra manera de mostrar nuestra solidaridad es tratar bien y ser justos con nuestros empleados. De poco sirve dar ayuda a un desconocido, cuando somos injustos o abusamos de las personas que trabajan para nosotros.
El ayudar al prójimo tiene una serie de ventajas:
1) Está bien demostrado que en la mayoría de las ocasiones las personas que dan, se sienten más beneficiados que los que reciben, dicho de otra manera, una de las mayores satisfacciones que un ser humano puede experimentar es el dar o ayudar a los demás. Al final de la vida, no nos llevamos nada, más que lo que le hemos dado a los demás.
2) El ayudar, produce un efecto positivo en la comunidad, disminuyendo la tensión y resentimiento social.
3) Permite a los más necesitados o con mayores problemas, encontrar una esperanza o un camino para su superación personal. Esto es particularmente cierto en los primeros años de la vida, por lo que es indispensable el apoyo a niños y jóvenes para evitar sean atrapados por las drogas y la delincuencia.
Aunque todas estas acciones las podemos hacer a título personal, ahora existen una serie de opciones de ayuda social o comunitaria, tales como Asociaciones Civiles, ONG´s , Asociaciones de Beneficencia Pública, etc. que se encargan de ayudar a grupos con necesidades especiales como: Niños y mujeres abandonados o maltratados, madres solteras, enfermos con debilidad visual, enfermedades neurológicas (Parálisis Cerebral, Síndrome de Down, etc.), personas sin vivienda, etc.
Ahora que se acercan estos días de fiesta, de reunión familiar, de celebración, pensemos en los que son menos afortunados que nosotros y compartamos un poco de nuestro tiempo, de nuestros talentos, conocimientos y habilidades, o de nuestros recursos económicos y de esta manera seamos factores de crecimiento y mejoría en nuestra sociedad tan convulsionada por la violencia y las desigualdades sociales.
Demostremos que somos más los que buscamos y hacemos el bien, que los que buscan lo contrario. Y vivamos en carne propia el GOZO DE PODER AYUDAR A LOS DEMAS, COMPARTIENDO UN POCO DE LO QUE DIOS NOS HA DADO, MUCHAS VECES SIN SIQUIERA MERECERLO.