Boletín 116. Muerte Súbita en Atletas

Esta semana la comunidad de corredores de Monterrey se vió impactada por la muerte súbita de un corredor al estar ejercitándose en la Calzada del Valle.
La muerte súbita es aquella que se presenta en menos de una hora de iniciados los síntomas, de hecho en cerca de la mitad de los casos no se presenta ningún síntoma y la persona simplemente se desploma sin sentido súbitamente.
Aunque es un evento relativamente raro, afecta a 1 en 200,000 atletas al año, provoca un gran efecto en la comunidad, ya que se presenta generalmente en gente joven y con buena salud. Es más común en hombres. En menores de 35 años se relaciona a malformaciones congénitas del corazón, en mayores de 35 años el factor más común es enfermedad (ateroesclerosis) de las arterias del corazón, las coronarias. En gente joven se presenta con más frecuencia al estar practicando deportes de conjunto (futbol o basketball) y en mayores al estar corriendo, trotando o haciendo alguna actividad aeróbica.
Generalmente se produce un trastorno en la función del corazón relacionado a latidos muy rápidos e ineficientes (Taquicardia o Fibrilación Ventricular) lo cual impide al corazón bombear la sangre adecuadamente al resto del cuerpo. Algunos pacientes pueden presentar dolor en el pecho, en el hombro o brazo izquierdo o en la mandíbula, tener sensación de falta de aire o de opresión en el pecho, o “sentirse mal”, tener náuseas, mareos o vómitos. Como se mencionó previamente hasta un 50% no presentan síntomas previos. Debido a que el cerebro es el órgano que se afecta más rápidamente por la falta de oxígeno, la mayoría de los pacientes pierden la conciencia y se desploman sin sentido.
Además de lo mencionado, los factores que se asocian a muerte súbita son: Fumar, Presión Arterial elevada, Diabetes, Colesterol elevado, Obesidad y Sedentarismo. Infartos previos, Arritmias cardíacas, Enfermedades de las válvulas del corazón y en general pobre función del corazón.
La American Hearth Association recomienda una valoración médica, que incluye Historia Clínica y Exámen Físico a todos los Atletas Universitarios y Escolares. Así como a los hombres mayores de 40 y mujeres mayores de 50 años que practican ejercicio.
Cuando un paciente se desploma súbitamente o pierde la conciencia, se debe recostarlo en el suelo, verificar si esta respirando y si tiene pulso (en el cuello o la muñeca), aflojarle la ropa, elevarle las piernas. Si no está respirando y no tiene pulso, se debe dar aviso a los Servicios de Emergencia e iniciar las Maniobras de Resucitación CardioPulmonar (RCP Ver Boletín 67), hasta que el paciente recobre la respiración y el pulso, o lleguen los servicios de emergencia. En los casos en los que se cuente con un Desfibrilador, de preferencia este debe de aplicarse por personas familiarizadas con su uso; la mayoría de ellos cuentan con instructivos muy sencillos (donde colocar los dos electrodos en el pecho descubierto del paciente) y son automáticos, esto quiere decir que el aparato realiza un rastreo de la actividad del corazón y determina si el paciente se beneficiará de su uso. El aparato produce una descarga eléctrica que “resetea” el corazón, y en muchos restablece su función. ES MUY IMPORTANTE QUE AL MOMENTO DE APLICAR LA DESCARGA ELECTRICA NADIE ESTE TOCANDO O EN CONTACTO CON EL PACIENTE. Cuando la RCP y desfibrilación se inician en el primer minuto, las posibilidades de salvar al paciente es mayor al 50% y puede ser hasta del 90%, esta disminuye aproximadamente un 10% por cada minuto de retraso en el inicio de la maniobras.
Por lo anterior, es deseable que TODOS SEPAMOS REALIZAR LAS MANIOBRAS DE RCP Y EL MANEJO BASICO DEL DESFIBRILADOR (Ver Boletín RCP en mi Página).

Aunque no está relacionado con los Atletas, es importante saber que: EN PERSONAS DE EDAD AVANZADA, La muerte súbita produce unas 300,000 muertes al año en EUA (1 en 1,000 personas), la mayoría relacionadas a enfermedades de las arterias del corazón (coronarias), y es la causa más común de muerte por enfermedad del corazón. También existe la llamada MUERTE SUBITA EN LA CUNA, que se presenta en bebés menores de un año.

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