Boletín 127. Artritis Reumatoide (Deformante)

La Artritis Reumatoide, es una enfermedad de origen autoinmune, esto quiere decir que el sistema de defensa de nuestro mismo cuerpo “ataca” a las articulaciones, produciendo inflamación y destrucción progresiva de las mismas. No sabemos con precisión que inicia este proceso, pero existen diversas teorías que incluyen infecciones, etc. Es más común en mujeres en la edad media de la vida, pero puede afectar a personas de ambos sexos a todas las edades, incluso existen formas juveniles que afectan a niños y adolescentes. Sus principales manifestaciones son dolor, inflamación de las articulaciones, rigidez, y deformidad, así como limitación para la movilidad. Característicamente afecta las articulaciones mayores como las rodillas, caderas, muñecas, codos y hombros. En las manos afecta las articulaciones de los nudillos (Metacarpofalángicas) y respeta las de los dedos (Interfalángicas). Es común que los dedos se desvíen hacia afuera. En los pies es común que los dedos se deformen, produciendo Juanetes, dedos en garra y callosidades dolorosas. Las articulaciones de la columna, principalmente del cuello pueden ser afectadas.

En algunos casos el proceso inflamatorio no solo ataca a las articulaciones, sino que también produce inflamación de los ojos, y algunos órganos internos.
Para confirmar el diagnóstico se realizan una serie de pruebas como exámenes de sangre que sirven para poder establecer el tipo y grado de inflamación, así como el nivel de actividad de la misma. Las radiografías son de utilidad para ver si existe o no destrucción de las articulaciones y/o de los huesos. En los últimos años, el Ultrasonido ha demostrado gran utilidad para valorar la inflamación de las articulaciones.
El tratamiento clásico había sido a través de medicamentos anti-inflamatorios y cortisona para tratar de detener el proceso de inflamación, sin embargo ambos tienen una serie de efectos secundarios como gastritis, daño al hígado y riñón, retención de líquidos, aumento en la presión arterial y el nivel de azúcar, etc. En los últimos años una serie de medicamentos “biológicos” han tomado gran relevancia en el manejo de estos pacientes, ya que bloquean el proceso inflamatorio y con frecuencia logra que la enfermedad entre en un proceso de remisión (como si estuviera dormida o inactiva).
En los casos más severos y que no responden al tratamiento con medicamentos, se pueden realizar diversos tipos de cirugías con el fin de detener o limitar el proceso inflamatorio, ya sea a través de pequeñas incisiones (Artroscopía) o a través de operaciones convencionales, para retirar el tejido inflamado y así darle nueva vida a la articulación afectada. Cuando la destrucción de la articulación es severa, se requiere en muchos casos realizar un recambio de la misma colocando una Prótesis Articular, esto se realiza con mayor frecuencia en Rodillas, Caderas y Hombros, ocasionalmente en Codos, Tobillos y articulaciones de manos y pies. La ventaja de estas Prótesis articulares, es que permiten colocar una “Articulación nueva” y sin inflamación, lo cual se traduce en menos dolor y mejor movilidad, con lo cual la función del paciente mejora significativamente.
En Resumen aunque no tenemos una “Cura” para esta enfermedad, existen muchos métodos para mejorar sus síntomas y manifestaciones.

Written by