La médula espinal es la estructura que conecta el cerebro con los nervios del tronco y las extremidades, se encuentra protegida por la columna en el llamado canal espinal. La médula es un conjunto de nervios que como cables eléctricos llevan impulsos desde el cerebro a la periferia y viceversa. Cuando la médula espinal se lesiona, se presenta debilidad o parálisis y diversos tipos de pérdida de percepción al dolor, temperatura, vibración, posición corporal. Las lesiones pueden ser completas (estas generalmente no se recuperan) e incompletas.
En EUA se presentan unos 11,000 casos al año, o 40 casos por millón de habitantes. Los accidentes por vehículos de motor producen la mitad de estas lesiones. Caídas, lesiones deportivas y agresiones principalmente lesiones por proyectiles de arma de fuego (balas) la mayoría del resto. Otras se producen al tirarse de clavado en una alberca de poca profundidad. Un 55% suceden en el cuello, y el otro 45% se distribuyen por partes iguales en el resto de la columna.
Las lesiones neurológicas se manifiestan como parálisis parcial de las 4 extremidades en el 34% de los casos, parálisis completa de las piernas en 25%, parálisis completa de las 4 extremidades en el 22% y parálisis incompleta de las piernas en el 17% de los casos. Solo el 1% de los pacientes se han recuperado por completo al momento de su alta hospitalaria.Cuando una persona sufre un traumatismo a la columna o la cabeza, se debe sospechar que tiene una lesión medular hasta demostrar lo contrario, especialmente si el paciente esta inconsciente o está bajo los influjos de alcohol. Se debe inmovilizar el cuello y transportarlo “en bloque”, esto quiere decir como en una sola pieza, sin sentarlo o girarlo, especialmente si el paciente ha sufrido un accidente en motocicleta, caída de altura, accidentes en carretera o tiene múltiples lesiones. Se considera que entre el 5 y 25% de las lesiones medulares se producen durante el manejo inicial o transporte hacia el hospital por no seguir estas medidas.
La mayoría de las lesiones se asocian a Fracturas o Luxaciones de la columna. Cuando la lesión afecta a las primeras 4 vértebras del cuello, se produce insuficiencia respiratoria y el paciente fallece a menos que se le dé asistencia respiratoria inmediata. Por lo que es indispensable checar el llamado ABC en estos pacientes (A: Vía Aérea, B: Breathing (Respiración) y C: Circulación), una vez establecido que la vida no está en peligro, se procede a transportarlo al Hospital, donde se tomarán estudios como Radiografías, TAC y/o Resonancia de Columna según sea el caso.
En cuanto el tratamiento: Además de la inmovilización del área lesionada, se debe revisar la cabeza y la columna completa, ya que en aproximadamente un tercio de los pacientes hay lesiones asociadas en estos sitios. Por años se han utilizado Esteroides (Cortisona) como Metilprednisolona con la idea de disminuir la inflamación y el daño a los nervios, se recomienda iniciar su administración intravenosa durante las primeras 8 horas después de la lesión y mantenerlos por 48 hrs., aunque estudios recientes han puesto en duda su efectividad.
Cuando los estudios de imagen (radiografías, TAC y Resonancia) muestran que existe compresión a los nervios por fragmentos de hueso o discos, o existe inestabilidad en el área lesionada, se recomienda una cirugía urgente para aliviar la compresión sobre los nervios, reparar los tejidos dañados y estabilizarlos con algún tipo de material metálico, habitualmente barras o placas y tornillos. Después de la cirugía estos pacientes requieren de soporte y rehabilitación física en forma temporal o en algunos casos dependiendo de la severidad de la lesión de por vida. Se considera que los pacientes tienen posibilidades de recuperación hasta 12-18 meses después de la lesión. Debido a que la parálisis permite una pobre o nula movilidad, los pacientes pueden presentar complicaciones como Trombosis venosa en las piernas, Embolias pulmonares, Ulceras por presión, Infecciones Respiratorias y de las Vías Urinarias, que con frecuencia los llevan a la muerte.