Boletín 267. Neumonía (Pulmonía)

Es una infección que afecta a uno o los dos pulmones. Los pequeños sacos (alveolos) que habitualmente tienen aire, se llenan de líquido inflamatorio o pus y dificultan el funcionamiento de los pulmones. La infección puede ser producida por Virus, Bacterias, Hongos y otros organismos como los que producen la Tuberculosis. La infección puede ser muy leve y simular un resfriado que se prolonga, o hasta incluso poner en peligro la vida. Los bebés, las personas mayores de 65 años, los fumadores, personas con Enfisema o EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y aquellos en los cuales su Sistema Inmune se encuentra comprometido (como los diabéticos, personas con cáncer, personas bajo tratamiento con quimioterapia o esteroides), aquellos internados en Unidades de Cuidados Intensivos son más propensos a desarrollar una Neumonía.
Las principales manifestaciones son Fiebre, Escalofríos, Ataque al Estado General, Tos seca o Tos con flema o sangre, Dolor en el pecho, Dolor al respirar profundo o toser, Falta de Aire o Dificultad para respirar. Dolor de Cabeza, Náuseas y Vómitos pueden presentarse.
Las Neumonías pueden ser adquiridas en la comunidad o en un Hospital. Generalmente las que se adquieren en el Hospital (cuando una persona está internada por otros motivos) son producidas por bacterias resistentes a los antibióticos, producen cuadros más serios y difíciles de tratar. La mayoría de las Neumonías en los niños menores de 5 años son producidas por virus. En los adultos las Neumonías generalmente son producidas por Bacterias y con frecuencia se inician como una infección de las vías respiratorias altas (Gripe, Sinusitis, Faringitis o Amigdalitis, etc.) y luego se complican con una Neumonía. Además en ocasiones las Neumonías se puede producir por comida o líquidos que entran a los pulmones cuando el reflejo de la tos está abolido, como en las personas alcoholizadas, drogadas o anestesiadas o en personas que tienen problemas neurológicos y que batallan para “pasar” la comida y se les “va a los pulmones” como las personas con Alzheimer, etc.
Las Neumonías pueden llegar a complicarse y permitir que se acumule líquido en el Tórax o que se formen Abscesos (acúmulos de pus) que requieren ser drenados por medio de Punciones, Sondas o incluso con Cirugía. En otros casos se produce una infección generalizada que puede incluso terminar con la vida del paciente. Otra situación seria, se presenta cuando la función de los pulmones se ve muy comprometida y ya no son capaces de oxigenar los tejidos (Insuficiencia Respiratoria), en estos casos se requiere de una Ventilación asistida, en la cual una máquina realiza la función respiratoria.
PREVENCION: Existen vacunas para algunas de las causas más comunes como la Vacuna del Neumococo, No Fumar, No tener exceso de peso, Realizar ejercicio con regularidad, y en general tener un estilo de vida saludable.
DIAGNOSTICO: Generalmente lo hace un Médico Internista o Pediatra y se basa en los datos clínicos (síntomas ya mencionados), datos del Exámen Físico, que en buena parte se basa en escuchar los pulmones y los ruidos de la respiración con un Estetoscopio: Falta de ventilación en áreas del pulmón, dificultad respiratoria, etc. Una Radiografía de Tórax en donde se aprecia el área afectada. Exámenes de sangre para ver el estado general del paciente y la severidad de la infección. Muestras de la flema o secreción buscando el agente causal. Determinación de la saturación de oxígeno en la sangre y tejidos. En algunos casos un TAC de Tórax es necesario para descartar otras enfermedades. Como por ejemplo que exista un Tumor en el pulmón que se haya complicado con una infección, Abscesos, Derrame Pleural, etc.
TRATAMIENTO: Antibióticos en las Neumonías Bacterianas, en algunos casos de Neumonías por Virus u Hongos se deben dar medicamentos específicos como Antivirales, etc. Además de medidas de soporte como hidratación, mejorar el estado inmunológico y nutricional, control de otras enfermedades asociadas, reposo, etc. En los casos más leves el manejo se puede establecer sin internar al paciente, pero en los más severos se recomienda el manejo en el Hospital hasta que el paciente se haya estabilizado y se encuentre fuera de peligro.
Algunas de las indicaciones para internar a un paciente con Neumonía son:
Bebés menores de 2 meses, Adultos mayores de 65 años, Personas con Sistema Inmune deficiente o comprometido (Diabéticos, Pacientes con Cáncer o en Quimioterapia, Insuficiencia Renal, Personas con Enfermedades crónicas del Pulmón o Corazón), Dificultad Respiratoria, Bajos Niveles de Oxígeno en sangre, Presión Arterial baja, Alteraciones en la Frecuencia de los latidos del corazón (muy bajos o muy altos), Alteración del estado de la conciencia, Somnolencia, etc.

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