Evidencia reciente indica que la deficiencia de Vitamina D es muy común. Se calcula que entre el 50 al 75% de las personas adultas presentan algún grado de deficiencia. La Vitamina D obtenida por la dieta o suplementos es metabolizada en el hígado y después es activada en el riñón. Otra forma de producirla es por la exposición de la piel a la luz solar (Ultravioleta), sin embargo este último proceso es afectado por la hora del día, la temporada del año, latitud, altitud, el uso de protectores solares, la ropa, edad y la pigmentación de la piel. Los adultos mayores producen un 75% menos de Vitamina D en la piel, que la gente joven. Las campañas de protección solar promovidas por los dermatólogos para evitar o disminuir el cáncer de piel, son otro factor. Las deficiencias de Vitamina D son más elevadas en los meses de invierno y en los lugares muy al Norte o Sur donde la cantidad de luz solar es limitada.
Las personas con poca exposición solar, pobre ingesta o malnutrición, absorción intestinal alterada o con enfermedades del hígado y riñón, así como los pacientes que se han sometido a cirugías para control de obesidad son las que tienen mayor riesgo de presentar deficiencia de Vitamina D. Es en estos grupos de mayor riesgo que se recomienda realizar exámenes para determinar el nivel de Vitamina D en sangre, ya que este estudio es costoso, no se recomienda realizarlo en la población general. También se recomienda en aquellas personas con dolor muscular, óseo y fatiga crónica, ya que estos son con frecuencia síntomas de bajos niveles de Vitamina D. Los deportistas de alto rendimiento deben checarse los niveles de Vitamina D, ya que esta juega un rol importante en la función muscular.
Los niveles aceptados son:
< de 10 ng/ml Deficiencia severa entre 10 y 24 ng/ml Deficiencia leve entre 25 y 80 ng/ml Nivel óptimo > de 80 ng/ml Posible toxicidad
Además de que la Vitamina D promueve la absorción de calcio en el intestino, llevándolo al hueso y fortaleciendo, cuando los niveles de Vitamina D son bajos, la calcificación en los huesos se ve alterada (Osteoporosis, Raquitismo y Osteomalacia), además la Vitamina D mejora la fuerza muscular y disminuye el riesgo de caídas hasta en un 50%, ambos factores se asocian a un mayor número de fracturas, sobretodo en la población de mayor edad.
Para tratar o prevenir la deficiencia de Vitamina D se recomienda además de la ingesta de alimentos fortificados con Vitamina D (principalmente lácteos), multivitamínicos y aceite de pescado (Omega 3), aumentar la exposición solar. En muchos casos estas recomendaciones no son suficientes y se requiere de suplementar con Vitamina D3 a una dosis de entre 600 y 800 Unidades Internacionales al día como preventivo, asociado a unos 1,000 mg de Calcio al día para menores de 50 años y unos 1,200 mg de Calcio al día en mayores de 50 años. En los casos de deficiencias severas, la dosis puede elevarse hasta 50,000 Unidades por semana durante 2-3 meses hasta obtener niveles normales en sangre. La toxicidad por Vitamina D es extraordinariamente rara y se produce generalmente solo después de ingestas mayores a 10,000 Unidades Internacionales al día por períodos prolongados, y se manifiesta por náusea, deshidratación, constipación y cálculos (piedras) en la orina, así como por niveles elevados de Vitamina D y Calcio en sangre y orina.
En resumen la deficiencia de Vitamina D es común y esta se asocia a huesos y músculos débiles que a su vez llevan a un incremento en el número de fracturas sobretodo en la población de edad avanzada. Además existe evidencia que la deficiencia de Vitamina D se asocia a varios tipos de Cáncer. Se recomienda el uso de Suplementos que contengan una combinación de Calcio 1,000 a 1,200 mg. al día y entre 600 y 800 Unidades Internacionales de Vitamina D3 (por ejemplo 2 comprimidos de Caltrate+D al día).