Boletín 278. Personas con Discapacidad

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 1,000 Millones de personas en el mundo sufren de algún tipo de incapacidad o discapacidad, esto es un 15% de la población. De ellos unos 150 Millones tienen severos problemas para funcionar. Estas cifras van en aumento debido al envejecimiento de la población y al aumento de las enfermedades crónicas.
La discapacidad se define según la OMS las deficiencias que afectan a una estructura o función corporal, las limitaciones de la actividad y dificultades para ejecutar acciones y tareas y las restricciones de la participación en situaciones de la vida diaria.
La discapacidad afecta más a las poblaciones vulnerables: personas pobres, en países de bajos ingresos, mujeres, niños, ancianos.
Las personas discapacitadas con frecuencia no reciben atención médica adecuada. La mitad de ellos no pueden pagar su atención médica. Con frecuencia se sienten insatisfechas con el servicio médico que se les dá, sienten que se les trata mal, y de hecho con frecuencia se les niega la atención que requieren.
Los niños discapacitados no tienen la misma oportunidad de estudiar que los sanos.
Las personas con discapacidad no tienen las mismas oportunidades de empleo.
Las personas con discapacidad son más pobres que el promedio. Viven en condiciones de mala alimentación, vivienda, falta de acceso a agua potable, etc.
La rehabilitación, tan importante para ayudar a las personas con discapacidad a reintegrarse a la sociedad, con frecuencia no está disponible en los países más pobres. Por ejemplo en la mayoría de los países del Tercer Mundo un 50% de los discapacitados no reciben rehabilitación y solo un 25% de los implementos de ayuda como muletas, sillas de ruedas, etc. están a su disposición. En la mayoría de estos países no existen rampas de acceso para el transporte, o para los edificios públicos, ni banquetas con adaptaciones especiales para ayudar a las personas con discapacidad, señales audibles para los débiles visuales, etc. Las excepciones son los países de Primer Mundo.
Además de todo lo anterior las personas con algún tipo de discapacidad sufren de discriminación social. Los niños con discapacidad son más frecuentemente víctimas de Maltrato Infantil y Bullying, Las personas con discapacidad tienen menos calidad de vida y viven en promedio menos que el resto de la población.
Algunas de las discapacidades más comunes en nuestro medio son Problemas Neurológicos como la Parálisis Cerebral Infantil, Espina Bífida, Síndrome de Down, Debilidad Visual y Auditiva, Diversos tipos de Enanismo o Talla Baja. En la población adulta o que envejece: La Demencia (Senil, Vascular, Alzheimer, etc.), el Cáncer, las Enfermedades Crónicas como la Diabetes, Insuficiencia de órganos como los Riñones, Corazón, Pulmones, etc.
Es importante sensibilizarnos ante este tipo de problemas, hacer que nuestros hijos convivan, ayuden y apoyen a las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Esto además de ayudar a las personas en desventaja, eleva el espíritu solidario y el valor personal del que ayuda.
Debido a que los programas de Gobierno son insuficientes. Cada vez hay más programas de la Sociedad Civil que apoyan la causa de la discapacidad, tales como el Teletón, Nuevo Amanecer, HOGA, Unidos, Cáritas, Destellos de Luz, Hogar de la Misericordia, etc. Así como Asociaciones para diversos problemas específicos: Síndrome de Down, Espina Bífida, Sordera, Debilidad Visual, etc.
Además se están implementando programas en las escuelas donde se integra a niños con discapacidad a los grupos de alumnos regulares, siendo de beneficio para unos y otros. A los niños con discapacidad les da oportunidad de convivir con el mundo real desde temprana edad; y a los niños regulares les permite ayudar a sus compañeros con alguna dificultad, respetarlos, sensibilizarse ante su dificultad física o mental y valorar su propia condición de salud.
De hecho, además de la Vida, la Salud es el don más preciado que tenemos.
Así es que ayudemos a alguien que tiene menos fortuna que nosotros. Recuerden que más recibe el que dá. Y no hay mayor satisfacción que la que se obtiene al ayudar o hacer feliz a alguien que nos necesita.

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