Implica un espectro de problemas del desarrollo de la cadera en Niños y Adolescentes y afecta a 1 de cada mil. En la mayoría de los casos se presenta en bebés que por lo demás son normales. Sin embargo ocasionalmente se asocia a otras deformidades, principalmente de los pies.
Sus manifestaciones dependen del grado de severidad y de la edad del paciente. De hecho en el recién nacido no tiene ninguna manifestación y se puede detectar solamente cuando el Pediatra o Neonatólogo hace pruebas especiales para checar la cadera. En los primeros meses de vida es posible que el movimiento de la cadera se vea limitado (la cadera afectada no se puede abrir como la sana) y los padres lo detectan al cambiarle el pañal o el Pediatra en las revisiones mensuales de control. Cuando el niño empieza a caminar: Cojea y parece tener la pierna más corta. Aunque la cadera se encuentre completamente fuera de su lugar, habitualmente no produce dolor en los primeros años de vida.
Aunque no sabemos con precisión que lo ocasiona, se sabe que es más común en mujeres (7 a 1), tiene Tendencia familiar, Primer embarazo, Embarazo múltiple, cuando hay poco líquido amniótico y bebés que vienen “sentados” o “atravesados” en el vientre materno (en lugar de la posición natural de tener la cabeza abajo, antes de nacer). El diagnóstico se confirma mediante radiografías de la pelvis en los niños mayores de 6 meses. En los menores de esta edad se utiliza con frecuencia el Ultrasonido.
El tratamiento se debe iniciar tan pronto se hace el diagnóstico. Aunque el uso de Doble o Triple pañal es una práctica común, no existe evidencia científica de su efectividad, y no debe ser utilizado. En los niños menores de 6 meses se utilizan unos tirantes (Arnés de Pavlik) que mantienen las caderas flexionadas y las piernas abiertas. Después de los 6 meses de edad es común que se requiera de Anestesia para acomodar las caderas en su lugar y luego mantenerlas ahí con un aparato de yeso muy grande que va desde el tórax hasta los pies. En los niños mayores de 18 meses, es común que se requiera de operaciones para abrir la cadera, acomodarla e incluso hacer cortes en los huesos de la cadera para poder acomodarla en su lugar.
Debido a lo anterior es muy importante hacer el diagnóstico en los primeros días de vida, iniciar temprano el tratamiento y así poder evitar las grandes operaciones y yesos. Esto depende de un buen Exámen de las caderas que el Pediatra o Neonatólogo debe hacer en todos los Recién Nacidos y en cada visita al Consultorio durante el primer año de vida. Entre más temprano se inicia el tratamiento, es más efectivo, económico, sencillo y con menos complicaciones.
En algunos lugares del mundo (Europa y NorteAmérica) se están realizando Ultrasonidos de cadera a todos los niños con factores de riesgo como: Antecedentes familiares (Mama, Papa, Hermanos con el mismo problema), Mujeres, Primer embarazo, embarazos múltiples, o mala posición en el útero.
Cuando no se realiza el tratamiento apropiado y en forma temprana, el resultado a largo plazo es una cadera dolorosa, con poca movilidad, cojera y limitación en las actividades deportivas e incluso para las de la vida diaria.